31/8/16

Muévase para reducir los efectos de la artritis [31-8-16]

Muévase para reducir los efectos de la artritis

La artritis afecta a más de 52 millones de adultos en Estados Unidos y es la causa más común de discapacidad, según datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en ese país. Y aunque dos tercios de este grupo son menores de 65 años, a menudo esta dolencia asume un lugar secundario ante otros males en tratamiento y conciencia pública.

Cuando el dolor de la artritis resulta en un deterioro de la actividad física, como sucede comúnmente, aumenta el riesgo de presentar un problema de salud crónico como enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2, en tanto las tareas cotidianas se vuelven cada vez más difíciles.

La gran interrogante ahora radica en saber cómo se manejará el creciente número de adultos con esta dolencia dolorosa que causa discapacidad y, hasta ahora, es incurable. Si bien varias articulaciones comúnmente afectadas –caderas, hombros, tobillos, muñecas y codos, así como rodillas– pueden ser reemplazadas por versiones artificiales, no todo aquel afectado es candidato para cirugía.

Según Patricia A. Parmelee, directora del Instituto Alabama de Investigación sobre Envejecimiento, el dolor artrítico y la discapacidad a menudo obligan a la gente a abandonar actividades que aman.

El truco para no perder calidad de vida “consiste en encontrar un sustituto para las acciones limitadas por la artritis”, aseguró. ¿Qué puede hacer? Caminar, nadar, cualquier cosa que lo ponga en movimiento.

“A medida que envejecemos, si no nos levantamos y nos movemos tanto como podamos, entonces pronto no seremos capaces de movernos ni en lo más mínimo”, dijo Parmelee.

En un estudio de diez años entre más de 2.000 hombres y mujeres con rodillas artríticas, Jungwha Lee y sus colegas descubrieron que menos del 10% hacía 150 minutos de ejercicio moderado por semana. Sin embargo, si mejoraban su actividad física “funcionaban mejor” y tenían menos limitaciones, indicó Lee, bioestadístico en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, en Chicago.

Mientras más tiempo pasan las personas artríticas en conducta sedentaria –por controlar su dolor–, mayor su pérdida de función a lo largo de un periodo de dos años.

Lee agregó: “No hace falta la membresía de un gimnasio para promover buena salud. Incluya el movimiento en su rutina cotidiana. No se estacione justo al lado de la tienda. Si en su trabajo debe pasar largos periodos sentado, ponga una alarma y levántese cada 20 minutos. Dé una vuelta alrededor del área de trabajo después de usar el baño. Salga a caminar durante el almuerzo”.

Además, las lesiones constituyen un importante riesgo para el desarrollo de la enfermedad, escribió Philip G. Conaghan, de la Universidad de Leeds, en Inglaterra.

El sobrepeso y la obesidad ejercen una tensión mucho mayor sobre importantes articulaciones. Incluso una reducción del 10% en el peso corporal puede ser beneficiosa.

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