Rodillas ruidosas, posible signo precoz de artritis
Sentir ruido o crepitación en los huesos y articulaciones de la rodilla podría ser un síntoma precoz de artritis, una señal que podría ayudar a detectar antes la presencia de esta enfermedad reumática.
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Si escuchas un crack, un ruido o crepitar al flexionar las rodillas, o sientes que los huesos y las articulaciones de esa zona se raspan, puede ser que tengas un mayor riesgo de sufrir artritis a corto plazo, o eso es lo que afirma un estudio realizado durante cuatro años por el Baylor College of Medicina de Houston, Texas (EE.UU.), y cuyos resultados se han publicado recientemente en Arthritis Care & Research.
Para llegar a esta conclusión, que podría suponer una mejora en la detección temprana de esta enfermedad reumática, los investigadores contaron con la participación de cerca de 3.500 personas de entre 50 y 70 años de edad, que fueron evaluados al inicio del estudio, y controlados de nuevo a los 12, 24, y 36 meses. Además, también se les realizaron radiografías una vez al año, y se les interrogó frecuentemente acerca de si experimentaban dolor de rodilla, rigidez, o crepitación (ruido que se produce al rozarse los huesos). Al inicio del estudio, un 65% de los voluntarios afirmó no tener crepitación o crujido en sus rodillas, un 11% señaló sentirlo “rara vez”, un 15% “a veces”, y un 9% lo sentía “a menudo”, o “siempre”.
Experimentar ruido constante en las rodillas triplicó el riesgo de artritis
Entre todos los participantes que no sentían dolor en sus rodillas, una cuarta parte sí que acabó experimentando ruido en esa zona, un grupo que terminó por representar las tres cuartas partes de los casos de artritis de rodilla que se diagnosticaron al final del estudio. Asimismo, tal y como cuenta Grace Hsiao-Wei Lo, profesora de la mencionada universidad, y autora principal del trabajo, las personas que en un principio dijeron sentir “rara vez” ruido en sus rodillas presentaron un riesgo 50% más elevado de padecer artritis, frente a los que no sintieron nunca crepitación.
Aquellos que afirmaron sentir crujidos “a veces”, o “a menudo”, también presentaban un riesgo superior, concretamente el doble. Y las personas que habían afirmado experimentarlo “siempre” tenían tres veces más probabilidades de desarrollar artritis durante los primeros cuatro años, en comparación a las que no sintieron nunca ruido o crepitación; un riesgo que aumentaba en los hombres. “Los participantes masculinos con este síntoma (ruido o crepitación) fueron más vulnerables que las mujeres con rodillas ruidosas a padecer artritis”, apunta la especialista Lo.
Los investigadores reconocen, sin embargo, que no todos los ruidos procedentes de las rodillas son una mala señal. Simplemente, tal y como explica la autora principal, se consideran un síntoma más, que debe ser complementado con una radiografía. “Este descubrimiento nos ha ayudado a poder realizar diagnósticos más precoces y, por tanto, a ofrecer tratamientos incluso preventivos”, concluye Hsiao-Wei Lo.
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