30/10/16

El riesgo de osteoporosis aumenta en pacientes que han sufrido un ictus [30-10-16]


El riesgo de osteoporosis aumenta en pacientes que han sufrido un ictus

También hay relación entre las fracturas por esta causa y el cáncer de mama, como efecto a largo plazo derivado del tratamiento

Un estudio multicéntrico, pionero en España, ha encontrado que los pacientes con ictus sufren una pérdida de masa ósea acelerada en los meses siguientes al accidente cerebrovascular. Esa puede ser una de las razones que explicarían el alto riesgo de fractura de cadera que presentan estos pacientes en años posteriores, según un trabajo publicado en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral. Desarrollado durante dos años en los hospitales de Torrevieja, General de Ciudad Real, Virgen de las Nieves de Granada, Ramón y Cajal de Madrid y Vinalopó, en Elche, ha tenido como objetivo «conocer el riesgo absoluto de fractura por fragilidad en pacientes con un ictus y el estado metabólico de sus huesos, así como comprobar si existían diferencias con un grupo control de pacientes sin patología cerebrovascular».

«Los resultados del estudio muestran que los pacientes con ictus presentaron valores de marcadores de resorción ósea significativamente elevados y una densidad mineral ósea menor que el grupo control», afirma el doctor Juan Antonio Olmo, jefe de servicio de Rehabilitación del Hospital universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia y autor del artículo, durante el LIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). «Todo esto corrobora las conclusiones de otros estudios científicos realizados en países del extranjero y subraya la necesidad de que los pacientes con ictus cuenten con una correcto diagnóstico del riesgo de desarrollar osteoporosis y, consecuentemente, un adecuado tratamiento médico».


Medidas para palear el problema

Los pacientes que han sufrido ictus conforman un grupo de riesgo de osteoporosis, junto a los que tienen tratamiento por cáncer de mama y los lesionados medulares. «Una correcta identificación, valoración del riesgo de desarrollar osteoporosis (y, consecuentemente, fracturas óseas) y un tratamiento adecuado de estos tres tipos de pacientes puede atajar o paliar en gran medida este problema», mantiene la doctora María Elena Martínez, secretaria de la junta directiva de la SERMEF, especialista en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, y coordinadora del grupo de trabajo de la SERMEF para la Rehabilitación en Osteoporosis.

En cuanto al cáncer de mama, «el tratamiento puede aumentar el riesgo de pérdida de masa ósea, debido a los bajos niveles de estrógenos a los que inducen los tratamientos», explica la doctora Carolina de Miguel, especialista del Servicio de Rehabilitación y miembro de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Universitario Ramón y Cajal. «Así, la osteoporosis es una comorbilidad del tratamiento del cáncer de mama. Por lo tanto, el nuevo desafío es la gestión de los efectos a largo plazo de la terapia del cáncer de mama. El riesgo de padecer cáncer de mama a lo largo de la vida es, en España, de una de cada ocho mujeres, pero no siempre se realiza una evaluación correcta, debido al desconocimiento existente. Muchas mujeres no son estudiadas y a otras se les suministran fármacos que no son necesarios».

Lo ideal y obligatorio es «evaluar precozmente el riesgo de fractura y la salud ósea en toda mujer con cáncer de mama, establecer las medidas preventivas y, en su caso, prescribirles el tratamiento más adecuado», concluye la doctora De Miguel. «Si el riesgo de fractura es elevado, las pacientes deben ser monitorizadas cada 12-24 meses».
 

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